20 de enero de 2021

Arcoiris y el queso

Hace unos días el abuelo le contaba a la niña arcoiris la fábula de la raposa y el cuervo. Cada noche le pide a su mamá que le cuente un libro y una historia y tan solo la mitad de las veces llegan a la historia porque Morfeo le gana el pulso a una de las dos, incluso a las dos a la vez. Así es como la niña arcoiris, que a pesar de su corta edad bien sabe que su abuelo es un mago de la palabra, no pierde ocasión de pedirle historias cada vez que lo ve, y así fue como le relató a su nieta como el cuervo sostenía el queso con su pico mientras la raposa se deshacía en halagos con ella: qué bonita eres, que pico tan hermoso, que pelo tan brillante y suave, que mirada tan bella... ya sabemos el final de la fábula. El cuervo le agradeció tal generosidad de halagos a la raposa y ésta aprovechó para comerse el queso que sostenía con su pico mientras aún mantenía la boca cerrada. -"No debes confiarte cuando te regalen los oídos. No porque te digan cosas bonitas te tienes que dejar engañar ¿entiendes?"- le dijo a su nieta. Ella lo miró y le respondió con clemencia: -"Tranquilo abuelo, yo cuando estoy comiendo queso si quiero hablar lo pongo en mi manito y sigo hablando, y así no se me cae"- Su mamá que conducía y su abuelo que escuchaba estallaron en una carcajada ante la mirada inocente de la niña arcoiris que tenía claro que no cedería ante nada a cambio de su comida favorita, el queso.