Mis alas naranja lila

¡¡Hola blogueros!!
En el último post me despedí a punto de perder el sueño esa noche "y cuando despiertes que sea con muchas ganas de volver a empezar" (9 abril) Pues no quería volver a escribir hasta que las ganas se hubieran convertido en rutina y no en algo pasajero... El 24 de abril me regalaron unas alas, sí, sí, unas alas de color naranja y lila, muy brillantes y muy abiertas con las que me sugirieron que ya era hora de levantar el vuelo, y desde entonces estoy volando, tengo mis alas...

No sé si fue un presagio, o igual se veía venir, pero las cosas no salieron como planeaba el 10 de abril, me puse muy malita, y no exagero ni dramatizo si les confieso que lo pasé muy mal esos días, todos en casa nos asustamos... pero por suerte quedó en eso, en un susto y una lección de salud propia... las abuelas son muy sabias cuando nos dicen "ay mi niña, cuídate, que andas en mil cosas, cuíiidate, que eres joven, pero te tienes que cuidar" y hablando de juventud en esos días cumplí 27 añitos. En esas semanas de reposo absoluto dormí mucho y leí más... Un mundo sin fin, Sordo ¡y qué! y pasando las semanas superé mi primer mes de prácticas como intérprete de lengua de signos en un instituto (ámbito educativo) y ahora estoy en plenas prácticas de servicios durante un mes más...así hasta finales de mayo en donde cargaré mi mochila rumbo a Senegal recuperando así la etiqueta de Viajes de Wendy...empieza la cuenta atrás...

Campanilla