10 de febrero de 2008

Para abuela Selina

En la ladera de un barranco, desde El Paso, en La Palma. Martes 5 de Febrero y la puesta de sol. Tú en casa, yo en la tierra que te acogió durante años y donde nació uno de tus hijos, mi padre.
Se hace de noche y salgo a buscar a una amiga, y de vuelta a la casa, en la ladera del barranco… la noche oscura, cerrada y muy limpia. Las chicas prefieren descansar dentro, hace mucho frío, pero Ale vio una estrella fugaz y pidió un deseo. Y yo quiero la mía, ¡yo quiero pedir mi deseo también! Así que me abrigo y salgo a mirar el cielo y a pensar en ti; no es casualidad, ¡las casualidades no existen! Pienso en ti, en que algún día tendré que buscarte allí arriba, pero no ahora, no tan pronto.
Medianoche y me atrevo a contarle un cuento a una amiga “Adivina cuanto te quiero”. Ella me pregunta donde está la Luna, y como no la vemos cambiamos el final…”De aquí a las estrellas”… pasada la medianoche Carol ve su estrella fugaz y pide otro deseo, y yo quiero la mía, la que no veo, la que no tengo.
“Adivina cuánto te quiero” un cuento, que pareciera te estuviera contando para que pudieras irte a dormir tranquila, esta vez para siempre. Pues lo conté con la panza vista al cielo, mirando, buscando, contando las estrellas, siendo pequeña ante tanta inmensidad. Se hizo la madrugada y mi estrella fugaz no aparecía así que me levanté y dije en voz baja “si no tengo estrella fugaz esta noche es porque no necesito pedir ningún deseo” y con una sonrisa de medio lado me metí en casa y dormí. A esa hora, a esa madrugada, ese día 6 recién comenzado, tú te marchaste.
Mientras yo miraba al cielo tú subías a él.

Subiste al cielo la noche más preciosa que recuerdo, ahora puedo imaginar que las constelaciones se pusieron de su mejor gala para recibirte, puedo imaginar que no tuve estrella fugaz porque desde ese día habrá una estrella que brillará por mí y por toda tu familia desde hoy hasta siempre, pero esa niña que cuenta cuentos, que escuchaba atenta tus historias, esa misma niña que vive dentro de mí está muy enfadada porque le han quitado lo que ella quería, y tiene una rabieta contenida porque tu nieta adulta no la deja salir. La adulta se siente en paz porque ya estás descansando, en paz porque podrá encontrarte en la inmensa familia que heredamos, en sus recuerdos, en tus historias, en paz porque siempre tendré un lugar al que volver a buscarte cuando te necesite, y en paz porque a mi y a todos los que te conocimos me legaste la mejor de las herencias: tu espíritu de lucha ante las adversidades, tu optimismo, tu fuerza interior para salir adelante, siempre hacia delante, a pesar de tu ceguera, tu artrosis, tu sordera, tus dolores, tus parches de morfina, tus 89 años a la espalda, 12 hijos, 21 nietos, 3 bisnietos, a pesar de eso, y con todo eso, abuela Selina es la abuela que cada día bajaba 3 pisos de escaleras para llegar a sentarse en el banquito que hay frente a su casa, coge un poquito de sol y aliento, y vuelve a subir. Y cuando no llegabas a la calle, llegabas al primer piso, y cuando no al pasillo y cuando no a la habitación contigua, pero nunca te dejaste vencer, nunca dejaste de levantarte para volver a caminar, NUNCA DEJASTE DE LEVANTARTE aún fuera la caída cada vez mayor, ese es el mejor legado que me dejas como niña y como adulta. Que la niña y la adulta se caen, y se hacen heridas, y que uno las cura y sigue adelante. Y estas letras son parte de la cura que la niña necesita para que la adulta esté un poquito menos triste…la niña repite el cuento “Adivina cuánto te quiero”…

…Te quiero de aquí a las estrellas y volver,
Tu nieta, S

6 comentarios:

Elena dijo...

Sin palabras...No pude evitar emocionarme; aunque tampoco lo intenté...¿por qué tendría que evitarlo?...

"Adivina cuánto te quiero" es mi cuento preferido.

Un beso enorme a la adulta, y tb a la niña.

Anónimo dijo...

Yo también me he emocionado.

Un beso muy fuerte Silvia.

Anónimo dijo...

ay.. pues aunque me repita, también me emocioné.
Muchas gracias por la charla de hoy, y no tengo más palabras que decirte... ya las cuentas todas tú.

Un beso enorme y mucho ánimo, valiente.

Anónimo dijo...

silvia la admiración era mutua , tu abuela estaba orgullosísima de ti.
esta vez he podido leerlo entero.... te encontré de casualidad y estoy muy contenta de verlo publicado
la vida está llena de momentos y tu tuvistes muchos y muy intensos con ella , quédate con cada uno de ellos , alguien que también te admira .

Anónimo dijo...

Hola mi niña:
No te preocupes, todo está bien. Cuando tu abuela llegó allá arriba, salió la mia a buscarla. También se me fué un 6 de febrero, hace dos años. Todavía la escucho pronunciar mi nombre, darme la mano para llevarme de paseo. Todavía siento el enorme vacio que me dejó su partida. Creo que nunca podré cambiar esa palabra: todavía. Creo que siempre lo tendré. Pero tambien sé que su mano me sigue llevando de paseo, la he sentido todo este tiempo, a veces duro y complicado...
No te preocupes mi niña :-) todo está bien.
Un beso desde Madrid
Urkel

Anónimo dijo...

Esa estrella que brilla en el cielo, brilla con mas intensidad cada día.

Cuando mires al cielo y la veas ,cierra los ojos y oirás que también te dice ADIVINA CUANTO TE QUIERO SILVIA.